Después de tantas polémicas, Alberto Fernández rompió el silencio y rechazó las acusaciones de su expareja Fabiola Yáñez, quien lo señala por haber ejercido violencia de género en su contra, al asegurar que la madre de hijo padece de una enfermedad y es adicción al alcohol.
“En mi vida hice algo parecido a eso, quien me conoce sabe. No sé cómo pasó. Son esas cosas que ocurren casi mágicamente por imperio de lo mediático, pero yo pasé de ser un tibio a un agresor. No tengo la menor idea como ocurrió. La verdad es que no tiene nada que ver con mi conducta eso”, comentó en una entrevista que brindó a Perfil
En ese sentido, después de haber sido denunciado penalmente, y acusado de golperla mientras estaba embarazada de Francisco, su hijo menor, el expresidente dijo: “¿Cómo voy a patearla en el piso? Yo estuve 18 años casado con la mamá de Tani, y estuve 11, 12 años con Vilma. Hasta el día de hoy tengo un vínculo espléndido con las dos y me siguen llamando y me siguen saludando para Navidad, para fin de año, y están preocupadas y me preguntan, ¿qué pasó, me volví loco un día?”.
“Cuando apareció la famosa foto en el teléfono de María Cantero, que yo nunca la vi hasta que apareció publicada, y ella no sabía decirme de qué día era la foto que tenía María Cantero. Ahora, como ella estaba muy enojada conmigo porque me atribuía a mí la responsabilidad de no parar mediáticamente esa avanzada sobre ella por el tema de la foto, creo que la agarró en un mal día”, explicó Fernández.
Asimismo, agregó: “No hay una amiga de ella que diga que alguna vez Fabiola le habló de este tema. La familia de ella dice que Fabiola nunca le habló de este tema. No hay un médico que haya dicho que alguna vez la atendió. No hay un psicólogo. Hay una pericia psiquiátrica de noviembre del año 2023, que ella se hace y presenta la razón de ser de su malestar psicológico por el problema de los medios, que yo lo creo. Creo que efectivamente le han hecho un daño psicológico enorme”.
Por otro lado, en la entrevista que brindó Alberto admitió que hubo muchas idas y vueltas en la relación que mantuvo con la periodista y reconoció que tuvo que practicarse, al menos, dos abortos, de los que no supo hasta que estuvieron efectuados. “Fabiola tiene un problema de salud que yo creo que es determinante en todo esto que estamos viviendo. Y no quiero entrar en el juego mediático que propuso la querella, porque me parece que finalmente le hace mucho daño también a ella, no solamente a mí”, argumentó.
alberto fernandez
Alberto Fernández
“Ahora, ese hecho no es como ella cuenta, para nada fue así. Fue una decisión de ella y siempre ha tenido un problema para asumir la idea de la maternidad. No fue conmigo, antes de conocerme, tenía ya un problema para resolver el tema de la maternidad, me parece que el tema la asustó”, completó respecto a la decisión de Yáñez de no continuar cursando el embarazo.
“Después vino el diagnóstico, que eso lo reservo, está dicho en el expediente, pero lo reservo. Ella se puso muy mal, volví a hablar con Facundo y él me planteó que era un diagnóstico complejo, hizo un par de comentarios más, que también reservo, pero así ocurrió”, dijo haciendo referencia a la decisión de su ex pareja de tratar sus problemas psicológicos en el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) fundado por Facundo Manes, aunque asegura haberse mantenido al margen del tratamiento.
“La quise mucho a Fabiola, y la verdad, una de las cosas que más me apena de todo esto es que yo sé que he sido la persona que más trató de ayudarla en estos temas. La quise mucho, no voy a negarlo”, sostuvo, y agregó: “Ella tiene un problema de alcoholismo que tiene como diferentes etapas, y en una de sus etapas se pone muy violenta, insulta, dice cosas gravísimas y después se pone violenta físicamente. Lo que yo hacía era esquivar eso, pero no era que yo la estaba agarrando”.
Además, habló de los golpes en las fotos que presentó Yañez en la causa. En este caso, Alberto Fernández sostuvo que solo intentaba “agarrarle las muñecas para que no revoleara los brazos, y después generalmente se desmoronaba y entraba en un proceso de angustia muy profunda”.
“Lo que sí es llamativo del golpe en la axila, primero que es muy difícil zamarrear a alguien a esa altura, sinceramente. Generalmente se zamarrea a alguien, calculo yo, a la altura de los codos. Y si uno lee la historia clínica de Ineco, una de las observaciones que hay es que ella, después de tomar, suele caerse en las bañeras. Para despabilarse trata de bañarse, y suele caer en la bañera, y se cayó muchas veces en las bañeras”, se escudó.
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