En medio de la crisis de la suba de los aranceles de Donald Trump, el presidente Javier Milei tiene casi confirmada y pactada la reunión con el presidente de los Estados Unidos para la semana próxima, cuando participará de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington, pero hasta ahora no está fijada la fecha, hora y lugar del encuentro bilateral.
Según pudo saber iProfesional, el principal objetivo de Milei para ese encuentro es comenzar a conversar de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos. Pero desde el lado norteamericano dudan de su viabilidad.
Los otros dos propósitos de Milei son acelerar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que viene demorado por los cuestionamientos del staff del organismo, y negociar una excepción a la suba de aranceles del 25% que Trump anunció para las importaciones de aluminio y acero.
Trump había negado esta semana excepciones para la Argentina. Pero en la Casa Rosada guardan un secreto deseo de que el presidente norteamericano, apodado en los Estados Unidos «Tariffman» (por las tarifas y aranceles) pueda conceder alguna señal a su amigo libertario en aras de marcar la cancha a otros líderes internacionales de izquierda.
Según Milei, «la batalla cultural» puede hacer milagros. De todos modos, según confiaron a iProfesional en el entorno del presidente, el principal objetivo de Milei es el TLC con los Estados Unidos, una manera de saltear o superar la crisis por la suba de tarifas que golpea al aluminio y al acero local.
En la Casa Rosada son reacios a contestar sobre si «Tariffman» ofreció alguna señal favorable a un TLC pese a su batalla por extremar el proteccionismo para las manufacturas de los Estados Unidos.
Milei tiene dos obstáculos para esa batalla: uno es el secretario de Comercio Exterior, Jamieson Greer, y el otro el de Comercio Interior, Howard Lutnik. Son dos abanderados del proteccionismo a ultranza.
Una tercera piedra es el representante del Departamento de Estado para América latina, Mauricio Claver Carone, que tiene fuertes reparos con Milei y su inclinación a nombrar funcionarios de antiguos gobiernos peronistas con los que no se lleva bien. Tiene mala relación con el jefe del Gabinete, Guillermo Francos, con el ministro de Ambiente, Daniel Scioli, y con el ministro de Economía, Luis Caputo, a quien conoce de 2018 cuando Claver era enviado de Trump al FMI.
«No nos importan tanto las subas de aranceles al aluminio y al acero, porque vamos a full con el Tratado de Libre Comercio y eso supera cualquier problema«, señalaron a iProfesional en las oficinas del presidente.
Reunión Javier Milei – Donald Trump: los principales temas de la reunión
«La fecha, el lugar y la hora de la reunión no está confirmada, pero sería antes de la Cumbre de la CPAC», apuntó a iProfesional otro funcionario de Milei. Al mismo tiempo admitió que los tres temas principales de la agenda son:
- Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
- Morigerar la suba de aranceles del 25% al aluminio y el acero.
- Apurar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que está trabado porque el staff del FMI observa el nivel de reservas netas negativas de 9453 millones de dólares y pide una salida del cepo con flexibilización cambiaria.
«El Fondo no pide una devaluación«, señaló Luis Caputo en sus recientes reuniones y notas televisivas. Sin embargo, sí una flexibilización del tipo de cambio.
El ex representante argentino ante el FMI Héctor Torres señala que «el FMI difícilmente pida ‘una devaluación’, porque devaluar y volver al crawling peg actual no serviría de mucho. Es mucho más probable que pida una política cambiaria flexible, que evite volver a una apreciación como la actual». Además, Torres aseguró que «Para Trump lo único que cuenta son los ‘deals’. La fidelidad perruna no alcanza…»
De ese modo, el Fondo no quiere conceder un desembolso de 12.000 millones de dólares a Milei y a Caputo hasta que no haya un acuerdo para retocar el tipo de cambio, salir del cepo y así fortalecer las reservas del Banco Central.
Milei y Caputo reclaman precisamente lo contrario en nombre del «ajuste más importante de la historiad de la humanidad«: el desembolso es para ellos la condición para alcanzar luego los objetivos que pide el FMI y el Fondo cree que es un respaldo financiero posterior a esos objetivos.
El número que más observa el FMI es el las reservas del Banco Central. Al 3 de febrero eran de 9453 millones de dólares pese a que las brutas son de 29.800 millones, a las que hay que descontar encajes, swaps y repos con SEDESA, pagos de Bopreales y depósitos del Tesoro.
Además, en febrero el Tesoro pagará al FMI y otros organismos internacionales u$s2182 millones, vencimientos de Bopreales por u$s190 millones, y títulos públicos provinciales por u$s180 millones (Entre Ríos u$s62 millones, La Rioja u$s49 millones, Chaco u$s38 millones, Córdoba u$s16 millones y Neuquén u$s14 millones). El total de pagos de febrero es de u$s2.550 millones.
Según confiaron fuentes cercanas al FMI, el staff del Fondo también le planteó al equipo económico negociador que el gobierno de Milei debe reducir sustancialmente exenciones impositivas antes que reclamar desembolsos al FMI. Esos privilegios tributarios implican una pérdida para el Tesoro de 4,72% del PBI unos 28.000 millones de dólares.
«En lugar de pedirnos plata a nosotros deben dejar de regalársela a sus amigos», le confió un técnico del FMI a un importante operador del mercado nacional.
Los aranceles que Trump le subió a productos claves de la Argentina: el impacto
Por otra parte, un Tratado de Libre Comercio con Trump, que acaba de subir los aranceles del acero y aluminio, implicaría una negociación larga, de al menos un año o dos. De hecho, el Acuerdo Mercosur Unión Europea tardó 24 años y cambiar dos cláusulas al Nafta le llevó a Estados Unidos, México y Canadá no menos de dos años. Son negociaciones complejas donde también se hablará del respeto a la propiedad intelectual que en la Argentina no tiene reglas claras para las patentes de laboratorios norteamericanos.
Las principales empresas damnificadas por el hachazo de «Tariffman» fueron Aluar, que exporta 600 millones de dólares anuales de aluminio y compra insumos norteamericanos, además de ingresar 1000 millones de divisas por su producción para otros mercados, y Tenaris que exportó acero por 100 millones de dólares hasta 2024.
La Cámara Argentina del Acero (CAA) dio a conocer este jueves un comunicado. Agrupa a las empresas Tenaris, Ternium, Acindar, Gerdau y Acerbrag. «Compartimos la preocupación por el comercio desleal frente al avance de China como principal productor del mundo, pero la respuesta debe ser coordinada: la Argentina es un proveedor confiable y complementario para la industria norteamericana», dijo la cámara.
«La Argentina representa solo el 0,20% de la producción mundial y es un proveedor confiable. Hay una integración productiva entre el sector siderúrgico de ambos países: la industria norteamericana solicitó a la Argentina productos de acero que son insumos para su proceso productivo», agregó la CAA. Y avanzó en algunos puntos:
- En 2018 la Argentina acordó por la resolución 232 un cupo absoluto anual de 180 mil toneladas de productos de acero sin arancel, de los cuales 150 mil toneladas correspondían a tubos petroleros.
- También se acordaron «exclusiones» permitiendo exportaciones de productos de acero argentinos, para el caso de que no hubiera producción norteamericana en cantidad o calidad. Por eso, la Argentina exportó en 2023 y 2024, productos de acero por el orden de los u$s 100/110 millones en ese mismo año.
En tanto, la empresa Acindar aclaró que no exporta acero a los Estados Unidos por restricciones previas a la resolución 232 y desarrolla el segmento de aceros largos que no tenía prácticamente cupo de exportación.
La suspensión de trabajadores que trascendió este miércoles no tiene relación con la medida de Trump. La empresa aclaró que 970 son todos los empleados de convenio en Villa Constitución y lo que se anunció fue la renovación de suspensiones por una caída de la producción de entre el 40 y el 50% por el ajuste «motosierra» de Milei a las obras públicas y a la construcción en general.
En tanto, este miércoles la empresa de aluminio Aluar hizo un reclamo ante la suba del 25% de los aranceles a las exportaciones a los Estados Unidos. La empresa que dirige Javier Madanes Quintanilla señaló que exporta u$s600 millones a los Estados Unidos y genera divisas por 1000 millones de dólares para otros mercados.
En volumen las exportaciones representan el 40% de su producción total y el 55% de sus exportaciones.
Después de las restricciones de la resolución 232, expresó Aluar, por «intensas negociaciones y gestiones diplomáticas llevadas a cabo por el gobierno argentino, se consiguió establecer una cuota de exportación de 180.000 toneladas anuales, exentas de aranceles, que se mantuvo sin cambios hasta la actualidad».
Esas exportaciones, señaló, «representa menos del 4% del consumo de aluminio primario en ese mercado (que necesita importar más del 80% de su demanda)».
Señaló que «para acceder a dicho régimen de excepción, la compañía ha debido promover una muy exigente adecuación de sus procesos logísticos de exportación, realizando para ello inversiones para alcanzar y mantener los estándares y auditorías presenciales realizadas por la Aduana norteamericana en nuestra planta industrial».
Además, señaló que «Aluar se abastece de servicios, bienes e insumos clave provistos por empresas norteamericanas relevantes, como es el caso de Alcoa Aluminium Company of America, General Electric, Wagstaff Inc., Buss Inc., Tauber Oil Company, Microsoft Corporation, Dubois Chemicals Inc., entre muchas otras» que podrían resultar perjudicadas.
Frente a ese antecedente, señaló Aluar, «confiamos en que el excelente vínculo entre ambos gobiernos brindará la posibilidad de acordar mecanismos razonables que permitan sostener la exportación de aluminio desde Argentina hacia Estados Unidos, con el esperable restablecimiento de las condiciones que fortalecen los vínculos entre ambas naciones»