La caída del precio internacional de la soja, combinada con otras variables como la apreciación cambiaria, hicieron que la oleaginosa sea el cultivo que mayor poder adquisitivo perdió en el último año. Así lo indicó un informe elaborado por Coninagro, en el que se detalla la variación que hubo en la relación de precios del grano con los insumos.
Uno de los rubros en donde la pérdida de poder de compra de la soja ha sido mayor es la maquinaria agrícola. Por ejemplo, según detalla la entidad, para adquirir una cosechadora, en enero de 2025 se necesitaron 20 por ciento más de toneladas de soja que en enero de 2024.
“En términos absolutos, se requieren 1.650 toneladas de soja para comprar una cosechadora, 270 toneladas más que un año antes. Con respecto al promedio de los últimos 5 años, la cuenta es todavía más negativa, se precisa 39% más de soja para comprar una cosechadora, 42% más para una sembradora y 38% más para un tractor”, dice el informe.
Luego explica que en un contexto de apreciación cambiaria sube en dólares el valor de algunos componentes de la estructura de costos que están expresados en pesos, como es el caso de los fletes. En enero de 2025 se requirieron 34% más de kilos de soja para pagar un flete que en enero de 2024.
“En gran parte, el encarecimiento de los fletes está relacionado al gasoil, insumo frente al que los granos también perdieron poder de compra. En enero de 2025 se necesitaron 40% más de kilos de soja para pagar un litro de gasoil que en enero de 2024”, destacan desde Coninagro.
Mientras tanto, la relación de intercambio entre soja y fertilizante DAP (fosfato diamónico) viene mejorando. En enero de 2025 se necesitaron 2,9 kg de soja para adquirir 1 kg de DAP, mientras que en enero de 2024 era de 3,1 kg, representando una baja del 6% en un año. Pero si tomamos el promedio de 5 años, los valores actuales están 14% por encima del promedio, es decir, se necesita 14% más de soja para adquirir este fertilizante.
Otro insumo cuya relación de precios con la soja se tornó más favorable a la inversión en el último año es el glifosato, que tuvo bajas de precios a nivel internacional luego de haber alcanzado récords en 2022. “En enero de 2025 se requirieron 34% menos kilos de soja respecto a enero de 2024, y cayó 22% con respecto al promedio de los últimos 5 años. De esta manera, el poder de compra de la soja mejoró sensiblemente respecto a un herbicida clave”, muestra el informe.
Respecto al valor de la tierra, la soja también ganó poder de compra. En enero de 2024 se precisaron 61,4 toneladas para comprar una hectárea, mientras que en enero de 2025 fueron necesarias 58,9 toneladas de soja, lo que representa una disminución de 4% en un año. “El dato más significativo se observa en el promedio de los 5 años donde se necesitaban 65,2 toneladas, lo que indica que los valores actuales son 10% inferiores al promedio histórico. En esta caída tuvo mucho que ver la reducción de la brecha cambiaria, ya que el valor de los campos está expresado en dólares MEP/Blue y el valor de la soja en dólares oficiales”, explican desde Coninagro.
En síntesis, el poroto de soja se debilitó frente al valor de los fierros y el gasoil, pero se fortaleció en relación a la tierra, los fertilizantes y el herbicida. La rentabilidad del cultivo depende de cada caso, lo cierto es que la oleaginosa sigue siendo la más sembrada en Argentina con 18 millones de hectáreas, 1,6 millones de hectáreas más que en la campaña 2023/24.