Una mesa chica donde se analizó mucho, se repasaron las últimas novedades políticas y económicas, se comentaron encuestas y se barajaron escenarios de cara a las elecciones que están a la vuelta de la esquina. Por cerca de 3 horas empresarios, referentes del establishment local y ejecutivos con vínculo diario con inversores locales y externos compartieron sus pareceres, sus diagnósticos y sus dudas con un grupo de periodistas en un coqueto club house de las sierras chicas.
PERFIL CORDOBA participó del encuentro que, con una modalidad off the record permitió a los participantes hablar con franqueza sobre el rumbo del gobierno, la economía y lo que se juega en las próximas legislativas.
“Estamos en un punto bisagra, como lo fue 2019, pero con una diferencia: las expectativas hoy son mucho más bajas”, deslizó uno de los asistentes, recordando la fuerte caída de los mercados luego de las PASO de aquel año.
Milei y la campaña. Uno de los temas centrales fue la construcción del mapa electoral de cara a los comicios legislativos. Hubo coincidencia en que la provincia de Buenos Aires será decisiva. “Si se suman los votos de La Libertad Avanza y del PRO, llegan a más de cuatro millones, contra tres millones del peronismo. Sin embargo, el peronismo siempre logra crecer. El gran interrogante es la fiscalización y la participación de quienes hoy están desencantados. En 2019 el PRO aportó la fiscalización; ahora, con un voto individualizado y disperso, la tarea es mucho más compleja”, advirtió un economista.
Otro analista fue tajante: “Córdoba es un enigma. La estrategia del oficialismo provincial de confrontar con Milei puede ser un error. El punto es que el electorado cordobés es profundamente antikirchnerista, aunque no necesariamente promileísta. La estrategia de campaña del gobierno provincial tensiona ese escenario”, deslizó un empresario con llegada al poder local.
También hubo espacio para especular sobre nuevas configuraciones políticas. Se mencionó la emergencia de liderazgos provinciales, como el de Martín Llaryora en Córdoba, Pullaro en Santa Fe o Nacho Torres en Chubut, que podrían proyectarse a nivel nacional. “Es muy embrionario todavía, pero la construcción de una nueva centro-derecha está en marcha”, afirmó uno de los participantes.
Caputo, Daza y los dilemas de la política económica. El manejo de la economía por parte del ministro Luis Caputo, su vice José Luis Daza y Santiago Bausili en el Banco Central, ocupó buena parte de la charla. Se reconocieron logros, pero también hubo críticas. “Lo que pasó con las Lefi y el desarme de las tasas fue un error de timing. Eso desencadenó tensiones innecesarias en el dólar”, señaló un ex banquero. Y agregó: “El gobierno pensó que podía ordenar la liquidez con un simple cambio de instrumentos, pero subestimó la reacción de los bancos”. Y reconoció que hay enojo en los bancos por los movimientos del gobierno y el Central, sobre todo por decisiones como la suba de los encajes. “Cuando se toman medidas que como banco te afectan la liquidez y la rentabilidad hay mucha molestia”, se planteó.
Sobre la política monetaria, un economista con experiencia internacional opinó: “La emisión no es hoy el problema central. Lo que estamos viendo es una remonetización de la economía. Nadie quería pesos en la época de inflación descontrolada; ahora, con una baja incipiente, la gente está dispuesta a tener algo más de liquidez”. El diagnóstico sobre Caputo fue ambiguo. “Tiene credibilidad en los mercados, pero no puede cometer errores de coordinación. Cada paso mal calculado genera desconfianza y fuga hacia el dólar”, resumió un empresario.
Mercados en tensión. Uno de los puntos calientes fue la comparación con el 2019. “Hay similitudes, pero no estamos en el mismo escenario: hoy el programa económico es más sólido. Y con Macri las expectativas eran altísimas; ahora son más bajas, y eso limita el margen de decepción”, planteó un operador financiero. Los empresarios remarcaron la fragilidad cambiaria: “Si el resultado electoral no es bueno, bajará la bolsa, subirá el dólar y caerán los bonos. Pero mucho más no pueden caer, ya tocaron fondo”.
Otro asistente agregó: “Hoy los mercados leen las elecciones legislativas como si fueran presidenciales. Y no lo son. Esa sobrerreacción es un problema. Hay que entender que el riesgo país refleja no sólo la incertidumbre económica, sino también la incapacidad de Argentina de sostener reglas de juego claras. En los últimos 90 años, cada vez que aparecieron recursos naturales estratégicos, como el petróleo o el litio, la tentación fue siempre apropiarse de esa renta. Si volvemos a inventar un ‘cobre criollo’ o un ‘litio criollo’, con impuestos confiscatorios, vamos a frenar todas las inversiones”, alertó un especialista con experiencia en el sector minero.
El péndulo Estado y mercado. Otro eje de debate fue el rol del Estado. Algunos remarcaron que todavía persiste una “vocación estatista” en muchos gobernadores e intendentes. “Se siguen financiando gastos superfluos o construyendo infraestructura con financiamiento de bancos oficiales. Eso no es la función del Estado”, criticó un empresario. El consenso general fue que, tarde o temprano, los gobernadores se verán obligados a bajar impuestos y reducir el gasto público. “Si no lo hacen, muchas fábricas van a cerrar. El mercado va a forzarlos”, advirtió un asistente.
El almuerzo cerró con una conclusión compartida: Argentina enfrenta otra vez un dilema de consensos básicos. “Si el país no logra un acuerdo político duradero para sostener un rumbo capitalista y abierto, vamos a seguir pendulando entre populismo y ajuste”, resumió un economista. Otro empresario se permitió una mirada optimista: “Si Milei logra consolidar la estabilidad y baja la inflación a un dígito anual, Argentina va a explotar en términos de crecimiento. Tenemos recursos, tenemos mercados, lo que falta es previsibilidad política”.