InicioPolíticaLa difícil reinserción social de Karina Milei después del Coimagate

La difícil reinserción social de Karina Milei después del Coimagate

Hay escándalos de los que no se vuelve. Casos de corrupción flagrante que se convierten instantáneamente en memes, en jingles, en cánticos en las canchas de fútbol y los recitales. Hits tan pegadizo como el de “Karina es alta coimera” o bromas sin fin en las redes que aluden al 3 por ciento que muerde, según los audios de Spagnuolo, la hermana presidencial en los contratos de compañías farmacéuticas con el Estado. El mismo Estado, además, que el Presidente en su discurso se propuso achicar hasta hacerlo desaparecer, pero que, por el contrario, en estos tiempos amplió sus negocios con la droguería Suizo Argentina a la que se señala como presunta canalizadora de los sobornos. Claro: a más contratos, más coimas. El Estado mileísta se agranda, por lo menos en este rubro.

La gran pregunta es cómo hará Karina Milei para volver de este escándalo. O cómo logrará, por decirlo así, “reinsertarse” socialmente. Las encuestas de imagen ya la mostraban en la lona antes del Coimagate, con un índice de aprobación que no alcanzaba los 30 puntos y un rechazo por encima de los 60, mano a mano con dirigentes políticos tan antipáticos como Máximo Kirchner. Después de los audios, curiosamente, ya no aparecieron nuevos sondeos sobre Karina, acaso en un intento por preservarla. Aunque uno puede imaginar lo que dicen esos números silenciados.

Hay otro problema adicional y es que la secretaria general de la Presidencia imaginaba para sí un futuro electoral en 2027. Unos dicen que quería ir en la boleta de su hermano como candidata a vicepresidenta, una fórmula Milei-Milei que no tendría nada que envidiarle a la de Perón-Perón, con Juan Domingo secundado por Isabelita. Otros días, cuando venía de algún enojo con Javier, en cambio se imaginaba emancipándose como postulante a la jefatura del Gobierno porteño, que quiere arrebatarle al macrismo. Pero la novedad de estos días -aún no hecha pública- es que esos sueños se acabaron. Karina está “quemada” tras el Coimagate.

Y si su hermano Presidente no se anima a entregarla, como dicta el manual de emergencias políticas, es porque en este caso Karina, por su apellido, ni siquiera sirve como fusible: ella es Milei.

¿Habrá un intento de reinstalar su chamuscada imagen? En los últimos días se sabe que hubo más de un candidato libertario en la Provincia que rogó que ella no se sumara a los actos finales antes del cierre de campaña. «Está más sucia que una papa”, la castigaban en privado los ideólogos de esos desaires. 

Igualmente, ella desoyó el pedido y acompañó a su hermano en el último acto del miércoles 3 en Moreno. Allí la esperaba una bandera que decía: «Bienvenida, Jefe». Pero, ¿cuánto sumó o restó su presencia?

Está claro que se hace difícil hacer campaña con Karina y su karma del 3 por ciento. De eso no se vuelve.

por Por Franco Lindner

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