Mientras el dólar escalaba en las pizarras de los bancos y el riesgo país se disparaba tras la paliza electoral del peronismo al Gobierno en la Provincia, Javier Milei encabezaba una reunión de Gabinete en Casa Rosada.
En medio de las versiones de posibles cambios y el paso al frente de Santiago Caputo, que el domingo estuvo por primera vez en el escenario de un búnker electoral, el Presidente reunió a sus ministros en el Salón Eva Perón de Balcarce 50, en medio de reproches internos y de los aliados por un resultado que nadie vio venir. El encuentro duró dos horas.
Por la tarde, estaba pautado una segunda reunión una vez que finalizara la jornada bancaria. El ministro de Economía Luis Caputo, que ayer no estuvo en el búnker de La Plata donde Milei reconoció la derrota, fue uno de los pocos ausentes en la Rosada. Ingresó un rato después junto al secretario de Finanzas Pablo Quirno, para participar de una reunión con una delegación del BID, a cargo de Ilan Goldfajn y el Presidente.
“Por ahora no están claros los cambios formales en el Gabinete, pero se viene reordenamiento del poder interno”, señalaron cerca del joven Caputo, el asesor que nunca recuperó la centralidad en la toma de decisiones que ocupó hasta hace pocos meses. La misma idea se esparció entre algunos de los integrantes más políticos de gabinete.
En diciembre llegarán las salidas obligadas por el paso al costado de los ministros que fueron candidatos: Luis Petri, Patricia Bullrich y Manuel Adorni.
Ministros de peso también relativizan los cambios. En la cabeza de Guillermo Francos empieza a anidar la idea de convocar a gobernadores que fueron importantes para conseguir los consensos necesarios. El ministro coordinador quiere asegurarse primero de que existan recursos para ablandar a los mandatarios provinciales que tomaron distancia del Ejecutivo.
En una entrevista con Radio Mitre este lunes, Francos profundizó la autocrítica del Gobierno y buscó dar vuelta la página. “La elección nacional es la que nos va a permitir tener los legisladores necesarios para poder en el Congreso y en Diputados avanzar con las reformas que necesitamos”, dijo luego de reconocer que el Gobierno había pecado de soberbia.
Entre los aliados de la Rosada hubo críticas lapidarias. “Es un Gobierno que no le da bola a la política, que no termina de entender que la baja de inflación te dura un rato”, consignó un dirigente bonaerense del PRO que tiene llegada al Presidente.
Los dirigentes más críticos a la gestión política del Gobierno reclaman que Milei se involucre en la toma de decisiones. “Los montos del Garrahan y los fondos universitarios no eran relevantes”, se lamentaron.
Puertas adentro del macrismo hubo muchas críticas a la fiscalización. “Se afanaron parte de la guita. Se la dieron a punteros que nunca vieron tanta plata junta”, se lamentaron. Dentro de las listas libertarias también hubo quejas a los coordinadores de Sebastián Pareja.
El presidente de LLA a nivel bonaerense gracias al dedo de Karina Milei fue un blanco de la furia tuiteara de los libertarios, que responde a Caputo y que tras el cierre de listas y en medio de las denuncias de corrupción que involucraron a la hermana del Presidente y a Lule Menem trabajó “a reglamento” hasta el exabrupto del Gordo Dan (Daniel Parisini) contra Luis Juez.
Cerca de Pareja, candidato a diputado nacional, eligieron dar vuelta la página. “Hay que pensar en octubre”, consignaron ante la consulta de Clarín. Rechazaron de plano la posibilidad de ofrecer la renuncia.
En el PRO bonaerense apuntaron contra el armador, que supo ser parte de sus filas. “Todos los coordinadores de campaña fueron de él”, dijeron.
Mauricio Macri, el aliado fagocitado que habilitó el acuerdo en la Provincia, guarda silencio pero le da aire a los dirigentes más críticos del partido para explorar otros caminos. Este mismo lunes se esperaba una reunión de gobernadores del PRO para analizar el impacto del resultado electoral.