En la jurisdicción de Mar del Plata, Pablo Otero, denominado el “Señor del Trabajo”, dueño de la compañía Sarandí, tiene en curso una investigación que se inició con una denuncia de la AFIP por presunta evasión impositiva. En el marco de ese expediente, la Casa de la Moneda -responsable de imprimir las estampillas fiscales- realizó una auditoría sobre un muestreo de atados de cigarrillos de la firma bajo investigación y detectó estampitas apócrifas que se podrían haber utilizado para no pagar impuestos.
La auditoría se hizo en sobre uno de los productos insignia de Tabacalera Sarandí, los cigarrillos Red Point, que son los más vendidos de la marca. Los defensores de Otero rechazan esa pericia y sostienen que son autenticas.
Las estampillas son la forma de controlar -que tiene el Estado a través de la AFIP- la cantidad de cajas de cigarrillos que se venden. En el caso de que hubiera estampillas falsas, por esos productos no se pagarían impuestos.
La causa donde figura la auditoría sobre las presuntas estampillas falsas tomó relevancia hace diez días cuando la Corte Suprema de Justicia intervino en el expediente. Los jueces rechazaron un planteo de Tabacalera Sarandí que buscaba unificar dos expedientes penales que afronta la empresa y Pablo Otero. Una de ellas en el juzgado federal 3 en Mar del Plata que es la que cuenta con mayor avance en la pesquisa, y la segunda que está en el juzgado federal radicado en Morón. Los expedientes había iniciado tras una denuncia de la AFIP en 2019, bajo la sospecha de que la compañía estaría evadiendo impuestos con sus productos.
Los expedientes detallan, en grado de presunción porque se está en plena etapa de investigación, los siguientes delitos: falsificación de estampillas fiscales (también llamados timbres fiscales) y venta de cigarrillos con estampillas truchas para evitar el pago de impuestos a la AFIP.
En el caso que se sigue en Mar del Plata, en diciembre de 2023 se determinó mediante una pericia oficial que los atados de la marca Red Point (marca insignia de Tabacalera Sarandí) que habían sido secuestrados oportunamente en el marco de la investigación, llevaban adheridas estampillas falsas, lo cual constituye un delito penal.
Aún resta una parte de las pericias para que Casa de la Moneda (CDM) incorpore al expediente los informes finales. Sin embargo, la pericia del 5 de diciembre pasado que lleva la firma de Pablo Paz, presidente de CDM, sostiene: “Del análisis realizado a los IFC, se concluye que los correspondientes al ítem «a» son apócrifos”. O sea, que las estampillas que tienen los cigarrillos Red Pont que analizaron serían truchas.
El muestreo bajo estudio pericial fue una selección de elementos secuestrados durante un allanamiento. Se analizaron paquetes/atados del tipo de cigarrillo Red Point que según la web de Tabacalera Sarandí es la “marca líder”. En este denominado ítem “a” Casa de la Moneda determinó que las estampillas fiscales, eran falsas, lo que implica “que por cada atado con sello fiscal apócrifo no se tributa a la AFIP”, explicó una fuente judicial a Clarín.
Ante la consulta de este medio, desde la firma tabacalera señalaron: “Red Point es la marca número uno en Argentina. Por supuesto que va a haber productos falsos en el mercado. Sólo hay que ver en las redes cómo la gente lo ofrece” y al ser preguntados sobre la pericia de Casa de la Moneda, añadieron que la empresa “nunca produjo con material falso. Nunca encontraron estampillas falsas en la empresa, ni las van a encontrar aunque Massalin lo intente ilimitadamente. Existen muchas fábricas produciendo cigarrillos falsificados de todas las marcas. En Paraguay y en Argentina”.
Cuando la pericia se llevó a cabo, se contó con los instrumentos fiscales auténticos aportados por la Casa de la Moneda.
Los estudios aplicados al muestreo de cigarrillos aplicó “la teoría caligráfica, la que indica en primera medida la examinación detallada y puntual del material genuino con el fin de establecer las características que ostenta”, explicó en su informe el perito de parte de Tabacalera Sarandí.
Se utilizó instrumental óptico y lumínico adecuado a la documentación a peritar, siendo en este caso, “lupas manuales y luces de distinta longitud de onda, estas últimas forman parte del video espectro comparador existente en Casa de la Moneda”.
Desde la tabacalera de Otero se defienden y según le dijeron a Clarín “las empresas de tabaco registradas están absolutamente controladas por AFIP. Es imposible querer ensuciar a Tabacalera Sarandí con esa acusación”.
La empresa del «Señor del tabaco»
La firma propiedad de Otero, según el sitio oficial de la compañía, produce y distribuye cigarrillos con las marcas Red Point, West, Kiel, Nevada, OCB y Master. También vende tabacos, toscanos, cigarritos e insumos para armar cigarrillos.
El crecimiento de la firma de Otero va de la mano de una estrategia de evitar el pago de impuestos. Bajo el argumento de que su empresa sería una pyme, evitó pagar el impuesto interno con una serie de presentaciones judiciales y cautelares que salieron a su favor. Así, logró vender sus productos a un precio inferior al de sus competidores.
Un informe de la consultora ABECEB le puso cifras a la ventaja que sacó Otero. Señaló que Sarandí, gracias a el no pago de impuestos, pasó del 5,6% del total del mercado en 2016, al 38,4% en 2023, generando una «pérdida de recaudación acumulada de US$ 5.823 millones, entre 2018 y 2023» para el Estado nacional.
El posible daño ocasionado a las arcas públicas, es uno de los temas bajo investigación. Desde la vereda de enfrente, la compañía asegura estar fiscalizada y bajo todos los controles correspondientes. Será la justicia la que termine de dirimir la discusión.