Incómoda por la inevitable comparación con la masiva marcha universitaria de la semana pasada, la CGT se movilizará este miércoles en consonancia con el Día del Trabajador, en una demostración de fuerza que marcará el puntal de una nueva escalada en su enfrentamiento con la administración de Javier Milei como antesala del paro general del próximo 9 de mayo que -asegura- será contundente.
La protesta sindical tendrá lugar -además- el día después de la media sanción de Diputados a la Ley Bases y el paquete fiscal que dejó una sensación ambigua en la conducción cegetista. Si bien por un lado celebró haber logrado retirar del capítulo laboral los artículos que suponían un fuerte golpe a las cajas y el poder de los sindicatos, por otro, -y a pesar de las gestiones contra reloj con algunos funcionarios del Ejecutivo- no consiguió eliminar de la ley aprobada por la Cámara baja otras cuestiones clave que resiste.
Ellas incluyen otros cuatro artículos de la reforma laboral (la creación de la figura del trabajador independiente, la eliminación del estatuto del viajante, los cambios en el régimen de empleo público y la indemnización agravada por despidos discriminatorio), además de la derogación de la moratoria previsional y la reversión del impuesto a las Ganancias para los trabajadores.
«Se consiguieron algunas cosas, pero en general hay disconformidad con la ley«, aseguró un importante dirigente de la cúpula cegetista a Clarín al analizar el resultado del debate en Diputados. Por eso en adelante la estrategia sindical se concentrará en articular adhesiones para lograr el rechazo de esos artículos en el tratamiento en el Senado, previsto para dentro de 15 días, y a la par insistir en la postura de confrontación con el Gobierno.
Incluso, el nuevo fracaso de este martes en el Consejo del Salario, que otra vez dejó en manos del Ejecutivo la definición de la suba del salario mínimo, vital y móvil, sumó más malestar entre los sindicalistas.
Así la marcha convocada por la conducción de la central obrera para este miércoles funcionará como un primer examen de cara al paro dispuesto para el 9 de mayo y que fue plenamente ratificado en las últimas horas por los caciques cegetistas. «Va a ser muy contundente, un paro total», le dijo a Clarín uno de los dirigentes de la mesa chica que se reunió el lunes en la sede de UPCN para definir los detalles de la movilización por el Día del Trabajador y avanzar con los preparativos de la huelga. Otro gremialista justificó: «La decisión de parar no significa que la CGT quiera obstruir, sino expresar el rechazo a este ajuste salvaje».
Bajo la consigna «La Patria no se vende«, la protesta en el Día del Trabajador arrancará temprano con las columnas sindicales concentrándose a media mañana para marchar al mediodía hasta el Monumento al Trabajo, en la esquina de Avenida Paseo Colón e Independencia. El acto allí será breve: sin discursos de dirigentes ni escenario, la CGT optó por la lectura de un crítico documento contra la gestión de Milei que la cúpula sindical terminó de pulir este martes.
«Transitamos un grave momento como país y como sociedad. Un gobierno nacional que, en nombre de una mal entendida «libertad de mercado», implementa un ajuste brutal que sufren especialmente los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados», señala el texto cegetista.
En ese sentido, hace un repaso crítico por los «precios liberados en alimentos, en medicamentos, en energía y en los servicios esenciales, y salarios disminuidos en su poder de compra» y avanza en la denuncia de un esquema de «paritarias intervenidas por el ministro de Economía que impiden la adecuada actualización de los salarios» a lo que se suma «recesión y aumentos incesantes que generan caída en los niveles de actividad económica y los índices de consumo básico que -en la práctica- representan una fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados y privilegiados de la economía».