La siderúrgica Sidersa presentó este martes un plan de inversión inicial por US$ 300 millones para instalar una planta de última generación en la localidad bonaerense de San Nicolás. De esa manera, se sumó a las empresas, como TGS, que en las últimas horas dieron a conocer nuevos proyectos, estimulados por el régimen de incentivo a las grandes inversiones (RIGI) incluido en la Ley Bases que aún debe tratar Diputados.
En este caso, la compañía construirá una acería para abastecer principalmente al mercado local con insumos, como el hierro de construcción. Un proyecto que llevará tres años hasta que esté operativo, con una inversión de US$ 100 millones destinados a tecnología importada y US$ 200 millones a producción nacional. La expectativa es que para entonces se reactive la industria de la construcción, hoy frenada por el recorte de fondos.
La inversión fue anunciada por el director de la empresa, Hernán Spoto; el CFO, Marcelo Iribarne; y el director Institucional, Pablo Cattoni, durante una reunión en el Palacio de Hacienda con el secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, Juan Pazo.
«Durante el encuentro, se detallaron los alcances del plan de inversiones, que en línea con el impulso al sector privado que brindará la puesta en marcha del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), permitirá crear 300 puestos de trabajo directo de calidad y 3.500 indirectos en los sectores de la recolección de chatarra y la construcción, entre otros«, señaló un comunicado del Ministerio de Economía.
Según pudo saber Clarín, el RIGI fue un «impulso grande» para que la firma definiera la iniciativa que venía elaborando hace un tiempo. El esquema, cuestionado por la oposición y que fue elaborado por abogados vinculados al sector empresario, busca incentivar inversiones de US$ 200 millones con importantes beneficios, como la estabilidad fiscal a 30 años, junto con exenciones impositivas, aduaneras y fiscales.
Luego de su aprobación en Senado, las cámaras empresarias ya dan por sentado el avance inminente del RIGI. Es que, si bien hubo algunas modificaciones en la Cámara alta, Diputados ahora puede aprobarlo o rechazarlo y aprobar la versión original. En la última versión, se limitó su alcance al sector agroforestal, infraestructura, minería, energía y tecnología, rubros donde según el gobierno hay inversiones en carpeta.
Con una planta en San Nicolás, Sidersa es una de las principales empresas del mercado siderometalúrgico y uno de los principales clientes de Ternium, del grupo Techint. La empresa de capitales argentinos y 650 trabajadores le compra tubos, chapa y perfiles para transformarlos en productos para 2000 clientes de los sectores de minería, petróleo y gas, agro y construcción. Ahora, apuesta a ampliar su producción.
La fabricante destacó que se generarán 360.000 toneladas anuales de hierro de construcción y que hace 50 años que no se construye una siderurgia integrada en el país. Explicaron que las inversiones anunciadas representan un apoyo local a las cadenas de producción nacional, asegurando su abastecimiento. Y estimaron exportaciones del 30% de la producción, en función de la demanda local, que equivalen a US$ 100 millones anuales.
El proyecto prevé incorporar tecnología de última generación, que permite un menor plazo de construcción, mayor productividad y cuidado del medio ambiente con emisiones de CO2 por la mitad de las tecnologías convencionales. Según el comunicado, se convertirá en una planta «única» en América Latina por sus altos estándares de calidad, y la más sustentable del mundo por su tecnología de cuidado ambiental.
En este sentido, se construirá de manera íntegra tanto la etapa de acería como de laminación, permitiendo sustituir importaciones anuales y reforzar el impacto positivo en la balanza comercial.
«Esto permitirá además recuperar inversiones en el corazón siderúrgico de nuestro país donde se podrá trabajar con la comunidad local para reactivar carreras universitarias y terciarias relacionadas con el sector. Así, se podrá capacitar a los jóvenes de hoy con la tecnología del mañana», señaló el parte de prensa oficial.
La apuesta contrasta con la situación de la industria siderúrgica, donde Acindar (del grupo Arcelor-Mittal) volverá a apagar los motores de tres de sus cinco plantas por la caída de las ventas de acero a la industria y la construcción. En mayo, el sector registró una caída del 26,8% interanual por la baja de la demanda en los sectores de la construcción, automotor, de maquinarias e implementos agrícolas y de fabricantes de electrodomésticos, según el INDEC.