El ruido por la idea de José Natanson de que el peronismo busque un economista moderado como Danilo Astori. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos.
Sábado 8 de noviembre 16:34
- José Natanson, en un debate poselectoral en Cenital, lanzó una idea que hizo mucho ruido: la idea de que el peronismo necesita un Astori.
- ¿Quién fue Danilo Astori? Fue, entre 2005 y 2008, el ministro de Economía del primer gobierno de la izquierda o más precisamente de la centro izquierda en Uruguay.
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- Según Natanson, el Frente Amplio, para exorcizar la desconfianza de los “mercados”, había elegido previamente a Astori como vocero económico. Se trataba de alguien que tenía mucha trayectoria y reconocimiento. Era una suerte de garantía de que un gobierno de izquierda en Uruguay no iba a generar un caos económico.
- Natanson agregó que Lula hizo lo mismo en 2002: firmó la Carta al Pueblo Brasilero donde decía que iba a respetar el acuerdo con el FMI firmado por el gobierno neoliberal de Fernando Henrique Cardoso, que iba a respetar la autonomía del Banco Central y como muestra de esto iba a designar al frente Banco Central a Henrique de Campos Meirelles, un hombre proveniente de la Banca Global de FleetBoston Financial.
- Natanson dice que el peronismo tiene un problema por la desconfianza económica que le tienen los “mercados” que lo ven como expresión del caos económico. Por lo cual, si quiere postularse a ser gobierno tiene que buscar un vocero como Astori para exorcizar esa desconfianza y mostrar responsabilidad con el orden macroeconómico.
- Hay varias cosas que se pueden discutir. En primer lugar, el orden macroeconómico se entiende siempre como ajuste a los de abajo para inmolarse en el altar de los “mercados”: el objetivo es pagar una deuda fraudulenta a acreedores externos extorsionadores.
- Es lo que plasmó Javier Milei en el Proyecto de Presupuesto 2026. Pero podría haber “orden fiscal” con jubilaciones bien pagas, con presupuestos de educación y salud adecuados, tocando los intereses de los más ricos. Pero esto no existe nadie que se atreva ni siquiera a pensarlo.
- Existen otros aspectos de debate vinculados con la época. En la primera década del siglo XXI, las condiciones económicas mundiales extraordinarias permitieron que, por ejemplo, el primer gobierno kirchnerista del período 2003-2007 gozara de superávit gemelos, tanto en el ámbito fiscal como en la balanza comercial. Es decir, orden macroeconómico.
- Además, Néstor Kirchner continuó con Roberto Lavagna como ministro de Economía, lo cual significaba la continuidad del ajuste devaluatorio contra el pueblo trabajador del gobierno previo, el de Eduardo Duhalde.
- No solo eso. También mantuvo, hasta 2004, a Alfonso Prat Gay al frente del Banco Central, un exempleado de J.P. Morgan. Y, luego, en su reemplazo designó a Martín Redrado, un menemista reciclado.
- Se le puede adicionar que ese gobierno de Néstor Kirchner le pagó al FMI al contado, algo que fue presentado como soberano, pero en realidad era lo que pedía el organismo en ese momento a países como Argentina y Brasil.
- Además, Néstor Kirchner y Roberto Lavagna regularizaron la mayor parte de la deuda que había sido defolteada en 2001. Fue en una negociación que no estuvo exenta de fricciones con los fondos especulativos. No obstante, resultó en que los fondos buitres «buenos» lograran hasta el 300% de ganancias, según reconoció más adelante Axel Kicillof cuando quiso negociar con los buitres «malos», que litigaban en Nueva York, en el juzgado de Thomas Griesa.
- Más adelante, Martín Redrado fue reemplazado en el Banco Central luego de una pelea con Cristina Fernández de Kirchner porque el economista se negaba a que se utilicen dólares del Banco Central para pagar deuda externa, que es lo que deseaba la entonces presidenta con la creación del Fondo del Bicentenario.
- En esa disputa Redrado se ubicaba en una posición a la derecha de la expresidenta, en defensa de la independencia del Banco Central, pero esto no quita que el objetivo de CFK era el pago de deuda externa con reservas.
- Recordemos que Cristina Kirchner se ufanó de que los gobiernos kirchneristas pagaron más de U$S200 mil millones de deuda, lo cual significó una sangría de recursos gigantesca para el país: ella misma definió que eran «pagadores seriales». O que Axel Kicillof, en condición de ministro de Economía, regularizó la deuda con el Club de País, defaulteada en 2001, aceptando un salto entre lo que el Ministerio de Economía registraba como deuda y lo que finalmente acordó, algo que hasta el día de hoy eludió explicar. Ese arregló con el Club de París era considerado un paso clave para intentar volver a los “mercados”.
- Más recientemente ¿no fueron señales al “mercado” las candidaturas de Daniel Scioli, de Alberto Fernández y de Sergio Massa? Scioli terminó como funcionario de Milei y Massa trabajando en un fondo de inversión.
- Es importante recordar que la gestión de Martín Guzmán, patrocinado por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, se dedicó a ordenar el desaguisado de deuda que dejó Mauricio Macri. Nuevamente, más allá de las negociaciones tensas con los lobos de Wall Street, estos lograron imponer gran parte de sus condiciones. Además, Guzmán alcanzó un nuevo acuerdo con el FMI. Es decir, validó todos los fraudes del endeudamiento macrista.
- Ese gobierno culminó con el reemplazante de Guzmán, Sergio Massa, ajustando el presupuesto en salud y educación en campaña electoral y devaluando a pedido del Fondo, lo cual implicó un salto en la inflación que destruyó los ingresos populares en pocos meses.
- La síntesis del Siglo XXI podría ser el peronismo ordenando el caos de la deuda en dólares que dejaron, primero, el gobierno de la Alianza en 2001 y, luego, el de Mauricio Macri en 2019. En la primer década las condiciones excepcionales permitieron cierta política distributiva y honrar los «mercados». Desde la segunda década sin condiciones extraordinarias la historia fue distinta.
- Por eso, el mayor problema del peronismo, tal vez, no sea con los “mercados”, con quienes se sobregiró en señales y hechos concretos para honrar la deuda externa, sino con los perdedores, con lo que vieron deteriorar sus condiciones de vida, con el peronismo en el poder cuando se acabaron las condiciones extraordinarias de la primera década del siglo XXI.
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Pablo Anino
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.
