Argentina encendió nuevas luces de alerta en Wall Street. Después de que el banco de inversión Barclays alertara por la «trampa» de la apreciación cambiaria y bajara el pulgar a los títulos soberanos, otros gigantes siguieron el mismo camino en los últimos días en informes donde ponen la mira sobre el dólar y el cepo, mientras se preparan para un mayor ritmo de devaluación antes de octubre.
«Si estamos en lo cierto al suponer que el estado estacionario lleva a un Banco Central a perder reservas de divisas, entonces tenemos que preguntarnos cuántos miles de millones están dispuestos a perder antes de ajustar el rumbo. No nos cabe duda de que lo harán, pero si esperan demasiado, puede que lo hagan desde una posición de debilidad y con unos precios de los bonos más bajos», advirtió Jefferies.
Ese es el escenario base del banco de inversión estadounidense, que en noviembre valuó en un billón de dólares siete áreas de Exxon en venta en Vaca Muerta y en marzo fue recibido por Guillermo Francos en Casa Rosada. Allí creen que si no se abordan los «desequilibrios» de divisas será difícil mantener un repunte de los precios de los bonos, cuyo rally se detuvo a fines de abril.
La baja de tasas en Estados Unidos más lenta de lo previsto y los episodios de fortalecimiento del dólar afectaron a las monedas y activos emergentes. «Por eso reducimos a neutral nuestra posición larga en Argentina, que venimos defendiendo desde hace tiempo. Estaremos preparados para volver a una postura más alcista en cuanto estemos más convencidos de que están a punto de abordarlos», señaló Jefferies.
El Bank of America, en tanto, destacó la aprobación de la ley Bases, pese a la «suavización» de las privatizaciones y el mantenimiento de la moratoria previsional. Asimismo, redujo su estimación de inflación del 158 al 148% en 2024 por el fuerte ajuste fiscal, la «profunda recesión» y el ancla cambiaria. Pero alertó sobre un tipo de cambio «bajo presión» y la «lenta devaluación» del 2% mensual.
«Esperamos que el BCRA acelere el peso (en el tercer trimestre) después de las discusiones del Congreso y el FMI, e inicie un levantamiento gradual de los controles de divisas. Las reservas internacionales netas aumentaron 11.000 millones de dólares desde diciembre, pero siguen siendo bajas (cero) y el ritmo de acumulación se ralentizó», diagnosticó el BofA.
Si bien subrayó la acumulación de un superávit financiero del 0,4% del PBI hasta mayo, advirtió que la recesión está afectando la recaudación, aunque la mejora de la cosecha y los ingresos extraordinarios amortiguan el impacto. En ese marco, estimó un superávit primario del 1,1% en 2024 y una contracción de la economía del 4%, superior a la estimada por el FMI.
En Nueva York, también siguen de cerca el plan de Luis Caputo para flexibilizar el cepo y eliminar el impuesto PAIS, que representa una importante fuente de recursos. El ministro dijo el viernes, al anunciar el inicio de la segunda etapa de su plan, que lo reducirá entre agosto y septiembre. «Los impuestos a la importación expiran en diciembre, lo que plantea un reto para 2025″, dijo el banco.
Por otra parte, Goldman Sachs señaló que los números de la cuenta corriente y de capital de Argentina están «muy distorsionadas» por el amplio conjunto de controles comerciales, financieros, de capital y cambiarios. «En consecuencia, la estabilidad de la balanza de pagos es, en gran medida, relativa, dados los controles vinculantes y la amplia represión financiera», concluyó.