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La Fundación Mediterránea destacó la salida del cepo y le pidió «agilidad» a Javier Milei para implementar reformas

El titular de IERAL, Osvaldo Giordano, respaldó este domingo los anuncios del gobierno de Javier Milei respecto a la flexibilización de los controles de cambios y a la flotación del tipo de cambio entre $1.000 y $1.400 a raíz del fortalecimiento de las reservas del Banco Central (BCRA) gracias al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FM) y organismos internacionales. Sin embargo, advirtió por los efectos inflacionarios inevitables.

“La situación cambiaria se había tornado insostenible”, comenzó explicando el extitular de ANSES y otrora ministro de Economía de Córdoba. “La caída de las reservas del Banco Central es el muy ilustrativo termómetro de que no se podía mantener esta dinámica por mucho más tiempo. A lo largo del año, se observó una reducción constante en el nivel de reservas, un proceso que se aceleró en los últimos días”, dijo.

Ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano

Osvaldo Giordano, titular del IERAL.

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La caída de las reservas se explicó “en parte por la continuidad en el pago de deuda externa sin posibilidades de acceder al crédito”. Sin embargo, remarcó que “un factor determinante fue el cambio de rol del Banco Central, que a partir del 13 de marzo se convirtió en un vendedor neto significativo de divisas”, un fenómeno alimentado por factores internos, pero también por un contexto internacional “mucho más desfavorable”.

“Ante este panorama, resultaba preferible tomar medidas inmediatas en lugar de intentar esperar a que transcurrieran las elecciones de octubre, como seguramente contemplaba la idea original del gobierno en función de priorizar su fortalecimiento político”, prosiguió Giordano. Según dijo, las circunstancias imperantes “precipitaron los acontecimientos” y obligaron al Ejecutivo adelantar los planes de levantar el cepo que, a priori, parecían estar previstos para después de las elecciones.

“Es probable que el plan logre su objetivo de tranquilizar los mercados cambiarios y monetarios”, destacó, debido a los fondos del FMI y otras fuentes de financiamiento, que permitirá al Banco Central contar “con herramientas para estabilizar el valor del dólar”. En esa línea, señaló que la entidad monetaria podrá “defender el techo de la banda cambiaria vendiendo dólares si hubiese demanda”.

Advierten por la suba de la inflación por la salida del cepo

Más allá de remarcar que “lo deseable” es no tener que usar esos fondos, lo fundamental “radica en que el mercado perciba y asuma que la autoridad monetaria posee la fortaleza suficiente para defender la banda cambiaria si la situación lo requiriese”.

“Una manera de dimensionar la capacidad del Banco Central para defender una determinada política cambiaria es comparar sus pasivos (dinero en poder del público) con los activos en dólares (reservas). Esto se suele denominar ‘tipo de cambio de convertibilidad’”, continuó Giordano.

Previo a los anuncios, el tipo de cambio de convertibilidad “había alcanzado un valor superior a los $1.400”, una situación que “implicaba una gran dificultad para continuar defendiendo el tipo de cambio oficial fijado por debajo de los $1.100”. Ahora, con el aumento de las reservas del Banco Central “el tipo de cambio de convertibilidad baja a poco más de $900. Es decir, los márgenes de acción del Banco Central se ampliaron considerablemente”.

BCRA

Entre los aspectos negativos de la devaluación tras la liberación del cepo, será el aumento de precios. “Habrá que soportar un incremento adicional en la inflación”, señaló Giordano, y añadió que esto “es lo que incentivaba diferir la modificación en el régimen cambiario hasta después de las elecciones de octubre”. Como consecuencia “se aletargará la recuperación que venían experimentando las remuneraciones (salarios y jubilaciones) y el nivel de actividad económica”.

De todas maneras, su impacto “podría ser acotado y por única vez” debido a que el Tesoro se encuentra dentro de un contexto de equilibrio fiscal. “Por lo tanto, no debería representar un desvío significativo respecto al proceso de desinflación y recuperación de la producción y de los ingresos que se ha venido observando desde mediados del año pasado. Si esto se cumple los perjuicios que podría recibir el oficialismo en las elecciones de octubre también podrían ser acotados”, pronosticó.

El análisis de la Fundación Mediterránea sobre la flotación del tipo de cambio

Respecto a la evolución del tipo de cambio real, es decir, con las correcciones por inflación incluidas, dependerá “de la ubicación del tipo de cambio nominal dentro de la nueva banda”. Y ejemplifica: “Si el dólar se estabiliza cerca del techo de dicha banda, es probable que el tipo de cambio real experimente una mejora en comparación con los niveles de la semana pasada. Por el contrario, si la tendencia lleva al dólar hacia el piso de la banda, podría producirse un deterioro del tipo de cambio real”.

Tomando como comparación el tipo de cambio real promedio durante la Convertibilidad, si se alcanza el máximo de la banda “el tipo de cambio real podría situarse aproximadamente un 33% por encima del nivel de aquel período”. En tanto que si se ubica en el mínimo “podría estar un 5% por debajo del nivel de la Convertibilidad”.

En suma, Giordano indica que “en ningún caso, cabe esperar un salto significativo en la “competitividad cambiaria”, similar a los ocurridos en el pasado como, por ejemplo, en diciembre de 2023”. Si se realiza una comparación con antecedentes históricos “seguirá siendo relativamente bajo”. Para la producción nacional “será un alivio cambiario acotado”, pero los problemas actuales de competitividad “no solo persistirán, sino que seguramente se agudizarán en los próximos meses”.

La Fundación Mediterránea pidió «agilidad» en la aplicación de reformas

Ante eso, el titular de la Fundación Mediterránea aclaró que “el punto más importante a evaluar no reside tanto en el anuncio de la banda cambiaria, sino en la disposición del gobierno para darle más agilidad e integralidad al proceso de reformas estructurales, de manera que permitan generar un entorno más favorable para la producción”.

En esa línea, Giordano señala que ni el Gobierno ni el acuerdo con el FMI brindan “definiciones contundentes” sobre eventuales reformas a realizarse en el corto plazo. “El hecho de que en el Acuerdo no se contemplen acciones más audaces en materia de reformas no implica que no esté en el ánimo del gobierno hacerlas. No obstante, sigue siendo un motivo de preocupación que estas reformas no hayan ocupado un lugar destacado dentro de los anuncios, ni del presidente ni de los funcionarios”, señaló.

Al respecto, Giordano planteó que en el Acuerdo el gobierno se comprometió a enviar al Congreso un proyecto de reforma previsional “recién para diciembre del 2026”, mientras que se menciona de forma “más ambigua” a la reforma laboral e impuestos provinciales distorsivos. En cuanto a una reforma tributaria, estaría contemplada “recién para finales de este año”. “Y en materia fiscal se hace mención a la necesidad de reformar el sistema de Coparticipación de ingresos dentro de las Reformas Fiscales Estructurales, pero no se consigna luego como un hito (con plazos y compromisos concretos)”, cuestiona el economista.

Por este motivo, argumenta que la producción nacional “tendrá que desenvolverse con un tipo de cambio no muy superior al vigente en la convertibilidad, pero en un entorno mucho más desfavorable que en aquella época” con una presión tributaria “significativamente más alta”.

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