SOCIEDAD
El emérito llegó a Galicia desde Abu Dabi para participar en la Liga de 6 Metros, en medio de causas judiciales
Juan Carlos I regresó a territorio español por primera vez en 2025 para competir en una de sus actividades favoritas: la vela.El padre de Felipe VI aterrizó en Vigo el pasado 22 de abril, procedente de Abu Dabi, donde reside desde 2020.
Lo recibió en pista su amigo Pedro Campos, anfitrión habitual en sus visitas a Sangenjo, la localidad gallega que se ha convertido en su refugio cada vez que vuelve a España. La visita ocurrió mientras se desarrollan acciones judiciales que mantienen su figura bajo el foco público.
Regreso a España en medio de tensiones judiciales
El emérito inició recientemente una demanda contra Miguel Ángel Revilla, expresidente cántabro, por un presunto delito contra su derecho al honor. También avanzó otra causa contra Corinna Larsen, ex pareja y figura clave en los escándalos que marcaron el final de su reinado.
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Aunque sus abogados manejaron ambas causas con discreción, las repercusiones mediáticas reactivaron el debate en torno a su rol en la esfera pública. En este viaje, no se contempló ninguna aparición institucional ni declaraciones oficiales.
Preparación náutica y contraste físico
El motivo principal de su regreso fue la séptima edición de la Liga Española de 6 Metros, que se disputará en la ría de Pontevedra los días 26 y 27 de abril. La competencia figura entre las favoritas del emérito, un entusiasta de la vela desde su juventud.
| Redacción
El viernes 25, el ex jefe de Estado salió a entrenar a bordo de El Bribón, la embarcación que capitanea desde hace años. Durante la jornada, se lo vio relajado, sonriente y cercano con los medios presentes. Su buen ánimo sobre el agua contrastó con sus visibles dificultades al caminar en tierra firme.
Don Juan Carlos arribó al puerto deportivo pasadas las 11:30, vestido con indumentaria náutica y acompañado por asistentes que lo ayudaron a descender escaleras y embarcarse. Su movilidad reducida quedó en evidencia, aunque no afectó su desempeño en la navegación.
La visita tuvo un perfil estrictamente privado y deportivo. Tampoco se previó su participación en actos vinculados al fallecimiento del papa Francisco, una pérdida que conmovió a líderes de todo el mundo. El emérito eligió, en cambio, concentrarse en su pasión por el mar.
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