A los 44 minutos del segundo tiempo, Estudiantes ganaba con comodidad 2-0 a Independiente Rivadavia, hasta que una insólita acción cambió el clima: sin pelota, Gastón Benedetti perdió la cabeza en el área y le dio un manotazo en la cara a Mauricio Cardillo.
Sebastián Villa –
VAR, penal, roja y gol de Villa sobre el final del partido
ESPN.
Pese a la expulsión, el Pincha sostuvo la ventaja y se llevó los tres puntos, resultado que lo dejó como único líder del Grupo A con 9 unidades. El equipo de Eduardo Domínguez mostró solidez y carácter para cerrar el partido, dejando en claro que atraviesa un momento de confianza y eficacia.
Además, el triunfo significó mucho más que una simple victoria: fue el tercero consecutivo, una racha que le permitió dejar atrás el inicio turbulento del campeonato, cuando los malos resultados habían puesto en duda la continuidad del entrenador. Hoy, lejos de aquella crisis, Estudiantes se afirma como candidato y respira un presente que invita a ilusionarse.
Eduardo Domínguez junto a Guido Carrillo.
El buen momento también se refleja en el funcionamiento colectivo. El Pincha combina solidez defensiva con efectividad en ataque, y varios de sus jugadores atraviesan un gran presente individual. Con el vestuario alineado y la confianza recuperada, el equipo parece haber encontrado la fórmula para sostener su lugar en la cima y encarar con optimismo lo que resta de la fase de grupos.