En la primera jornada de la convocatoria oficial para eliminar los puts (seguros), los bancos se movieron con cautela a la espera de novedades en las negociaciones con el gobierno. Durante la rueda de este miércoles se registraron algunas órdenes de venta, pero varias entidades decidieron mantener los contratos para asegurar el valor de los bonos de sus carteras hasta este jueves, el último plazo para vendérselos al Banco Central.
«Ventas parciales y de casos puntuales, una gota en el mar», señaló una fuente del sector bancario. «Van a esperar que hoy no explote nada y vender mañana, hay bancos que tienen más y estimamos que saldrán a venderlo, pero no creemos que vayan con todo», explicaron en otra entidad, en una jornada en que las acciones bancarias en el exterior cerraron con caídas de hasta el 6% por el descenso de los bonos, que integran su tenencia.
La autoridad monetaria oficializó el martes por la noche el llamado para que el sector financiero rescinda antes del viernes los puts, un seguro ante el posible desplome de los bonos que les permite venderlos y obliga al BCRA a comprárselos, emitiendo pesos (una de las fuentes de inflación según reconocieron las autoridades y que por ello pretenden cerrar). El Gobierno aceleró el paso luego del conflicto desatado la semana pasada cuando el Banco Macro le vendió $ 2 billones de títulos CER al Central y el Presidente lo acusó de «golpista».
Después de esa advertencia, la entidad presidida por Santiago Bausili mostró dos «zanahorias». Primero, flexibilizó el límite de tenencia de bonos en cartera de las entidades. Y en las últimas horas ofreció el pago de la prima en pesos pactada oportunamente, proporcional al plazo remanente del contrato y actualizada por inflación. Así, en caso de recomprar todos los puts, el BCRA debería emitir $ 300.000 millones, según fuentes con conocimiento.
La prisa por eliminar dichos seguros obedece al objetivo del gobierno de cerrar la última «canilla» de emisión de pesos, como requisito para levantar el cepo. Según datos del Banco Central, los bancos tienen en sus manos $ 17,7 billones de bonos con cláusula put. Y de ese total, se estima que el 60% los tendría el sector público. El temor oficial es que si el sector ejecuta esas opciones de liquidez le quitaría al Central el control de la emisión monetaria.
La otra preocupación es reconducir la liquidez del sistema financiero hacia el crédito privado, la única palanca a la que parece apostar el gobierno para alentar un eventual rebote de la economía en un marco de ajuste fiscal con un dólar subiendo al 2% mensual y bajos salarios para contener la inflación. Según datos del Banco Central, el crédito al sector privado se mantuvo en junio en niveles bajos, en torno al 5,4% del PBI.
La idea es que en el futuro los bancos desarmen la liquidez desde las letras del Tesoro (Lecap y Lefi) para financiar a empresas y familias, pero ese escenario todavía parece lejano ante la resistencia de algunas entidades a desprenderse de los puts. «El Banco Central ofreció un premio simbólico, no compensa la pérdida de liquidez que eventualmente tenés si dejas de tener un put», señalaron en un banco de origen nacional.
En el sector financiero aguardan un canje de los títulos asegurados con puts al 2026 y 2027 por bonos con un vencimiento más corto. «El impacto para los bancos es que los bonos sin puts serían menos líquidos, tienen que ir a venderlos al mercado secundario sin las mismas condiciones que te daba el Banco Central, lo que dicen el gobierno es: lo hacemos por las buenas o las malas», dijeron en otra entidad.