En una situación casi simultánea, los gobiernos de Chile y Bolivia, que curiosamente no son aliados sino rivales, salieron al cruce de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich este martes. A ellos se le sumó la embajada de Irán en La Paz.
Los tres refutaron a la ministra de Javier Milei, que en las últimas horas y en distintos medios de comunicación, habló de la presencia de fuerzas ligadas a la República Islámica de Irán, acusadas de ser terroristas.
En un extenso comunicado de nueve puntos, en el que juzga como “equivocadas” y “desaprensivas” declaraciones de la ministra Bullrich de que a raíz de una memorándum de entendimiento sobre cooperación en defensa, firmado entre La Paz y Teherán el año pasado hay en el país vecino hasta 700 iraníes miembros de la guardia al Quds, la Cancillería del presidente Luis Arce desmintió que su país “proteja en sus fronteras a personas siembran el terror, la inseguridad y la zozobra”. Y decidió convocar para este miércoles al jefe de la misión argentina en la capital boliviana, Lucas Ezequiel Demaría -no hay embajador- a quien le expresarán una protesta.
Ya el lunes a la noche, tras las declaraciones de la ministra a TN, la Dirección General de Migración de Bolivia, desmintió que “hubiese ciudadanos iraníes con pasaporte boliviano” y aseguró que tenían procedimientos estrictos para la adquisición de documentos nacionales.
Los comentarios de Bullrich no son aislados porque es lo que viene advirtiendo la inteligencia de potencias occidentales tras los acuerdos de cooperación en Defensa firmados por Bolivia e Irán hace un año. Este establece hasta la construcción y el desarrollo de drones y otros elementos militares en la frontera con Argentina. Además, según fuentes de inteligencia que siguen Estados Unidos como Israel, también existiría en territorio boliviano una importante de flexibilidad en los visados para los funcionarios persas.
Sobre la milicia chiita y Chile
Bullrich hizo un rally por distintos medios de comunicación para explicar las nuevas medidas de seguridad fronterizas e internas que está implementando el gobierno de Milei en el marco de su alineamiento a Washington y Tel Aviv, por un lado, y en el contexto de los ataques con drones y misiles balísticos de la teocracia iraní a Israel del último sábado.
Fue en ese marco que Bullrich también habló sobre Hezbollah generando la reacción en Chile, donde el oficialismo de Boric se encuentra extremadamente sensible debido a otro componente que tiene que ver con el crecimiento de la inseguridad.
Entrevistada en LN+ Bullrich habia dicho que había «células” de Hezbollah en la Triple Frontera de Brasil, Paraguay y Argentina» y volvió a alertar por la presencia de integrantes de la milicia también en en Bolivia.
«Tenemos extremo cuidado en la frontera norte. Todas la provincias tomaron medidas de precaución», e insistió con la supuesta presencia iraní en Bolivia. Pero también señaló que tenía preocupación por la presencia de fuerzas combatientes iraníes en Chile y Brasil. «Hezbollah tiene células que se descubrieron el año pasado pero que dos (integrantes) se escaparon en San Pablo. Son satélites de Irán. En Argentina, actuaron bajo las órdenes de Irán», dijo en referencia a los atentados terroristas a la Embajada de Israel en Buenos Aires (1992, 29 muertos) y a la AMIA (1994, 85 muertos).
Fue entonces que la contraparte chilena de Bullrich, la ministra chilena de Interior, Carolina Tohá, quien salió al cruce de sus declaraciones. “Quiero decir, para que la población tenga tranquilidad, que nuestros sistemas policiales y de inteligencia tienen siempre alerta en esta materia. Siempre están observando cualquier movimiento, cualquier antecedente. Y en este momento Chile no tiene amenazas de ataques de Hezbollah», afirmó Tohá.
Toha señaló que «cuando una autoridad tiene sospecha o antecedentes de temas delicados en esta materia, el canal para hacer esas observaciones es a través de la colaboración de inteligencia y la colaboración policial. No es a través de puntos de prensa que se discuten los temas de inteligencia” le refutó a Bullrich.
Chile alberga una importante comunidad de palestinos, cristinos y musulmanes. El presidente Gabriel Boric tuvo varios fuertes cruces con Israel y con el representante hebreo en Santiago de Chile.
La reacción iraní
Por si ello fuera poco, la Embajada iraní en Bolivia, emitió un comunicado desmintiendo “categóricamente” las acusaciones de lo que llamó “las autoridades argentinas” y afirmó que “no hay ningún miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Bolivia y que la población total de iraníes residentes en este país es menor a 200 personas”.
Después acusó al régimen chiita y a “sus partidarios en la región” de intentar “crear una iranofobia en la región” y de arrastrar el “alcance de las tensiones de Asia Occidental a América del Sur”. Y que se busca “encubrir los crímenes generalizados de Israel contra indefensos pueblos de Gaza y Palestina, así como las acciones de este régimen contra las normas y regulaciones internacionales al atacar la embajada iraní en Damasco”, el 1 de abril pasado.
El comunicado nada dice del ataque del grupo fundamentalista Hamas sobre Israel del 7 de octubre pasado, en el que fueron asesinados 1.200 civiles. Este desató la dura respuesta israelí sobre Gaza y la nueva guerra en Oriente Medio.