¿A qué Fuerzas Armadas le habla el presidente Javier Milei? Desde hace cinco años la máxima conducción militar ha hecho toda su carrera en democracia y las fuerzas tienen en los últimos tiempos mejor imagen pública que otras instituciones y poderes del Estado. Se piensa en ellas como “solución” ante distintos problemas que en principio aparecen ajenos a su misión fundamental de la defensa: desde la contención social (que vuelva la “colimba” o un “servicio social”); la asistencia a la población, como sucedió con el mega operativo «General Belgrano» en la pandemia; o en estas semanas, el proyecto de involucrarlas en seguridad interior para la lucha contra el narcotráfico, una idea bastante resistida en las filas castrenses.
“Inauguremos una nueva era de reconciliación con las Fuerzas Armadas que trasciende a este gobierno”, sostuvo Milei en su discurso en la Plaza San Martín en este nuevo aniversario del 2 de abril de 1982. La idea de la reconciliación supone la existencia de un conflicto. ¿Existe hoy ese conflicto de la sociedad con las Fuerzas Armadas?
Milei volvió sobre este tópico del pasado. Al kirchnerismo, se lo solía acusar de abusar del pasado, del «espejo retrovisor», aunque esa intensidad se circunscribió sobre todo a la «épica» del primer gobierno K cuando se eligió como «enemigo» a los militares y Néstor Kirchner acumulaba poder.
“Reconciliación” remite a los años inmediatamente posteriores al fin de la dictadura, y sobre todo a los años 90. Era la idea-fuerza de quienes querían echar un manto de olvido sobre los crímenes aberrantes de la dictadura, ante los que presionaban por la revisión judicial. Fue luego del histórico Juicio a las Juntas Militares (1985) y que cinco años después Carlos Menem indultara a los jefes montoneros y a los jerarcas militares condenados: la política de la “reconciliación nacional”, que ya había anunciado en su mismo discurso de asunción.
Este mensaje de Milei llega después de que hace días difundió un video el 24 de marzo con una supuesta memoria “completa” sobre la violencia de los años 70 que llevó al golpe militar de 1976. Un contrarrelato del kirchnerismo, con eje en la violencia de las organizaciones armadas, pero evitando condenar el terrorismo de Estado.
Milei prometió este martes “reconocimiento y apoyo” a las Fuerzas Armadas. Como muestra de esta vocación invitó a los militares y también a los veteranos de Malvinas a sumarse al llamado “Pacto de Mayo” -su propio programa político y económico de reformas que imagina que todos los sectores deberían suscribir.
Sin equiparación salarial
En la práctica las Fuerzas Armadas no tuvieron buenas noticias con la motosierra de Milei. Las principales preocupaciones militares desde hace años tienen que ver con su profesión (y no con el pasado de los años plomo): salarios, y presupuesto.
De acuerdo con un alto jefe militar retirado: “Fue un buen mensaje del Presidente, pero solo eso. Son expresiones de deseo que luego no tienen su correlato en los hechos. La falta de presupuesto y la suspensión del pago del plan de equiparación lo demuestran. Son pro fuerzas armadas hasta que llega el momento de invertir en ellas, también buscan en esto ubicarse en las antípodas del kirchnerismo”, evaluó con escepticismo.
Al contrario de lo que sucedió históricamente, los militares ganan menos que las fuerzas policiales federales, y en casos, provinciales. En el último año del gobierno anterior se inició un muy demorado plan de equiparación: además de los aumentos como al resto de los estatales, se darían 5 cuotas extra a las Fuerzas Armadas, para lograr la ansiada equiparación. En 2023 se abonaron 3 tramos (14%, 14% y 12%). La gestión Milei heredó este plan, le quedaban 2 cuotas (enero y abril de 2024, ambas del 10%), pero lo suspendió. En marzo los militares cobraron un 16% de aumento en línea con el resto de la administración pública.