El Gobierno le prometió al Fondo Monetario Internacional (FMI) que habrá más aumentos de tarifas de la energía (luz y gas), el transporte público (colectivos y trenes) y el agua en lo que resta del año. Así consta en el staff report, el informe de los técnicos del organismo elevado al Directorio Ejecutivo (Board) para la aprobación de la octava revisión del programa y el desembolso de casi 800 millones de dólares.
La continuación del sendero de suba de tarifas está motivada en la necesidad del Gobierno de seguir bajando el gasto público en subsidios para alcanzar el superávit fiscal primario y el equilibrio financiero en las cuentas públicas, de manera de no financiarse con más deuda ni emisión monetaria, que genera inflación.
«En el frente energético, tras los aumentos de las tarifas de electricidad y gas natural, las autoridades planean alcanzar durante el segundo semestre del año la recuperación total de los costos y sustituir el esquema de segmentación por uno que subsidie una canasta básica de consumo de los hogares vulnerables. Se esperan nuevos incrementos en los precios mayoristas de la energía que se trasladan a los usuarios y límites más estrictos a la demanda subsidiable», revelaron los técnicos del Fondo. Y agregaron más adelante en el documento: «Los próximos ajustes se esperan después de agosto».
Estas acciones pueden asegurar una reducción de los subsidios energéticos a 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, desde los 1,6 puntos porcentuales del año pasado. Equivale a un ahorro fiscal superior a los 5.000 millones de dólares, que está por encima de las previsiones de consultoras privadas como Economía & Energía y PxQ, que calculan una baja de los subsidios a la luz, el gas natural y el Gas Licuado de Petróleo (GLP, garrafas) de US$ 3.000 millones.
Mientras tanto, informó el Staff del Fondo Monetario, «continuará la disminución de los subsidios al transporte urbano (0,1% del PIB) con la ayuda de alzas adicionales en las tarifas de colectivos y trenes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)«.
Si bien los técnicos fijaron ese aumento en mayo, en el orden del 50%, eso no sucedió ni el mes pasado ni en junio, ya que hubiera sumado más de 1 punto porcentual a la inflación, de acuerdo a las estimaciones de la consultora EcoGo.
«También se están reduciendo las transferencias del Tesoro a la empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA)», con una fórmula de indexación mensual que se mantiene -a diferencia de las de luz y gas, que se suspendieron y serán reformuladas-. De hecho, en junio hubo otro incremento del 2,77% en las tarifas de agua potable y cloacas.
Con todo, el FMI y las autoridades argentinas revisaron a la baja la proyección de subsidios directos totales: del 2,1% sobre el PIB que representaron en 2023 caerían al 1,1% este año, mientras que en la estimación de enero iba a ser del 1,3%.
La diferencia representa unos US$ 1.100 millones y está sostenida en menores transferencias al sector energético por la evolución de las tarifas, los costos de abastecimiento (disponibilidad de energía hidroeléctrica barata por las lluvias y menores precios de importaciones) y el ajuste en los pagos a las generadoras eléctricas y productoras de gas.
En los próximos años, el plan es seguir bajando el gasto en subsidios mediante más aumentos de tarifas que acompañen a la inflación y la terminación de obras de infraestructura como los gasoductos para disminuir los costos de importaciones y reemplazarlas con gas natural de producción local.