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La trama secreta del plan Milei para la Corte Suprema y otros lugares clave de la Justicia

El Gobierno de Javier Milei tiene dos candidatos para integrar la Corte Suprema. Son el juez Ariel Lijo y el jurista Manuel García-Mansilla. De acuerdo a calificadas fuentes gubernamentales, el plan para completar vacantes en el Poder Judicial es más profundo: en el corto plazo, la Casa Rosada anunciaría quién será el postulante a Procurador General de la Nación. Es un puesto de gran relevancia para la Justicia. Quien presida la Procuración regulará el funcionamiento de los fiscales federales del país. Su influencia podría ser todavía mayor a la actual, debido a que el Gobierno espera implementar en todo el país el llamado “sistema acusatorio”, lo que significa que serán los fiscales quienes liderarán las investigaciones judiciales, mientras que los jueces decidirán las condenas o sobreseimientos de los imputados, mediante juicios orales más ágiles que los que desarrollan en la actualidad.

De acuerdo al chequeo con diversas fuentes de la Justicia y la Casa Rosada, hay al menos dos candidatos a ocupar el cargo de Procurador General de la Nación. Uno de ellos es el juez de la Cámara Federal de Casación, Mariano Borinsky, ex fiscal general ante los Tribunales Orales en lo Penal Económico, ex titular de la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando. La otra candidata en estudio para ser titular de la PGN es la jueza de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, Mariana Catalano. Son dos de los nombres que dejaron trascender en el poder. Quizás haya otros. La decisión final es del presidente Javier Milei. Borinsky está hoy a cargo de la capacitación sobre el nuevo sistema acusatorio que pueden cursar los funcionarios y empleados de los Tribunales Orales y las Cámaras de Apelaciones de Santa Fe y Mendoza, las dos ciudades en los que comenzará a regir el nuevo modelo procesal. El impulsor desde el Ministerio de Justicia de esta nueva política pública es el titular de ese organismo, Mariano Cúneo Libarona.

El camarista Borinsky, por ejemplo, estuvo presente en la Casa Rosada el martes pasado, en un acto en el que participaron los jueces que integran las cúpulas del Poder Judicial y que sirvió como presentación del nuevo sistema acusatorio que el Gobierno espera implementar en todo el país en los próximos seis meses.

La atención está puesta hoy en la posible candidatura de Borinsky a la Procuración porque no solo trabajó en el reforma procesal penal, si no también por otros detalles que para la sociedad pasaron desapercibidos, pero no para quienes trabajan o estudian variables muy específicas del ámbito judicial y político.

El camarista de la Casación fue el representante de la delegación argentina y expositor en el último plenario del Grupo de Acción Financiera internacional que se realizó en París, Francia, en la última semana de febrero. El funcionario nacional que acompañó a esa delegación es el secretario de Justicia, Sebastián Amerio. No solo es subordinado de Cúneo Libarona. También es la terminal en el Poder Judicial del cada vez más poderoso asesor de total confianza del Presidente, Santiago Caputo.

La postulación de Lijo y de García-Mansilla a la Corte Suprema fue ideada por Cúneo Libarona, pero Caputo fue otro protagonista de esta trama. Conviene seguir sus pasos para entender la trastienda del posible nombramiento en el máximo tribunal del país de dos jueces propuestos por el Gobierno de La Libertad Avanza (LLC).

Cúneo Libarona fue quien le propuso a Milei la candidatura del juez Ariel Lijo para que sea parte de la Corte Suprema. El primer paso se dio en diciembre del 2023, a poco de que los libertarios asumieran el poder. Quien impulsó desde la Corte Suprema el nombre de Lijo fue uno de sus jueces, Ricardo Lorenzetti. Lijo aguardó desde aquel momento que su candidatura a la Corte sea un hecho. El martes por la noche, el ministro de Justicia le informó que al día siguiente se formalizaría su postulación, junto a la del jurista Manuel García-Mansilla. Lijo prefirió ser escéptico y aguardó la novedad como si en rigor nunca se iría a concretar. Pero se concretó.

Al mismo tiempo, el miércoles 20 también se conoció que Milei había elegido al jurista García-Mansilla para acompañar a Lijo en la aventura de llegar a la Corte Suprema. Sus pliegos deberán ser aprobados por dos tercios de los senadores, una vez que ambos logren pasar las audiencias en las que deberán contestar preguntas de los legisladores y responder sobre las posibles objeciones que se presenten sobre sus candidaturas al máximo tribunal.

Una intriga carcome hoy al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y a sus dos aliados, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. ¿Lorenzetti consolidará su posición minoritaria si logra que Lijo llegue a integrar al tribunal? Ni Rosatti, ni Rosenkrantz ni Maqueda quieren que Lorenzetti fortalezca su influencia. Ya logró acceder a la Casa Rosada.

Es el panorama en el que coincidieron al menos una decena de fuentes consultas por Clarín para reconstruir la trastienda de esta trama.

El caso de Manuel García-Mansilla es diferente. Su posible llegada a la Corte no es rechazada, al menos por ahora, por los influyentes en el ámbito político-judicial de la Argentina. Lijo, como se verá más adelante, sí recibió impugnaciones, aun no formalizadas.

Conviene indagar, primero, en cómo se gestó la candidatura del “tapado” García-Mansilla. Actual decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, García-Mansilla es reconocido como un constitucionalista con pergaminos académicos y experiencia como abogado de algunos de los bufetes más importantes de Buenos Aires.

Apodado por sus amigos como “Rufus”, García-Mansilla ha escrito artículos en los que defendió la independencia de la Corte Suprema por sobre la política, además de haber expresado en otros texto la trascendencia que debe tener en la democracia la libertad de expresión y el trabajo de la prensa. Hizo una defensa pública en el Congreso sobre su posición en contra de la legalización del aborto. Sus conocidos en el Derecho desmienten que sea miembro del Opus Dei, al contrario de lo que trascendió. No es católico practicante, por ejemplo. Y, si bien es decano de la Universidad Austral, una entidad ligada a “La Obra”, lo cierto es que sus estudios secundarios y universitarios los completo en el colegio y la facultad de El Salvador, las dos más importantes entidades educativas de la Compañía de Jesus, es decir, de los jesuitas. Allí también estudiaron, por caso, el ministro Cúneo Libarona y su colega de Interior, Guillermo Francos.

García-Mansilla conoce desde hace años a Cúneo Libarona, quien tiene enorme respeto por él. El primer contacto que tuvo con el Gobierno fue a través del secretario de Justicia, Amerio, con fuertes vínculos con el asesor ineludible de Milei, Santiago Caputo. Fue él quien aconsejó con firmeza al Presidente para que postulara a García-Mansilla para la Corte. El jurista fue convocado a una reunión con Amerio sin que conociera sobre qué se le iba a proponer. Amerio le informó que sería el candidato a la Corte del Gobierno junto con Lijo. A García-Mansilla se le heló la sangre pero aceptó casi de inmediato el desafío. Además de su posición sobre el aborto, es un defensor de la Constitución de 1853, “la de Alberdi”, escribió columnas en los medios sobre las cualidades de la “libertad” que una democracia debe garantizarle a sus ciudadanos, y considera que la dolarización es constitucional. Escribió notas sobre el tema con Ricardo Ramírez Calvo.

García-Mansilla no tiene los vínculos con el poder político y empresarial que sí cultivó Ariel Lijo. Su candidatura, además, tiene un rasgo singular. El Gobierno informó que él será el reemplazante del juez Maqueda, que en diciembre se jubilaría porque cumple 75 años. García-Mansilla ha escrito artículos en la prensa criticando la posición de la ex camarista K Ana Figueroa, que intentó seguir en su puesto a pesar de que había pasado esa edad, límite en la Constitución para continuar trabajando como juez de la Nación. El Gobierno modificó rápido el decreto conocido como 222, ideado por Gustavo Beliz en la presidencia de Néstor Kirchner, que instauró el nuevo sistema para elegir a los jueces de la Corte mediante diferentes pasos que garantizan una mayor transparencia hasta que su pliego llegue al recinto del Senado. Ese decreto dice ahora que se considerará que lo jueces que un año antes de cumplir los 75 años no iniciaran un proceso para continuar en su puesto, deberán sí o sí retirarse al cumplir esas edad.

En el Gobierno explicaron que Maqueda votó a favor del fallo conocido como “Schiffrin” (por el ex camarista Leopoldo Schifrrin), que reestableció a ese límite laboral-cronológico para los magistrados.

¿La postulación de García-Mansilla será aprobada por los dos tercios de los Senadores?

Fuentes oficiales y judiciales protagonistas de esta historia afirman que el Gobierno es consciente de que Lijo tiene contactos con la política que le permitirán conseguir esos consensos, y que García-Mansilla no cuenta con esa ventaja. Sería por eso que el plan oficial es que ambas candidaturas se voten al mismo tiempo en la Cámara alta.

Lijo tejió durante años sus vínculos con el peronismo, el radicalismo y otros actores de la política y la Justicia del fuero federal que podrían ayudarlo a lograr la aprobación de su pliego.

Lijo despertó controversias con su candidatura a la Corte. La Coalición Cívica, de Elisa Carrió, anunció que lo objetaría.

La vicepresidenta Victoria Villarruel también se expresó de modo no positivo sobre el juez federal. Mencionó la causa que investigó Lijo sobre el asesinato del sindicalista del PJ más emblemática por su lealtad a Juan Perón, Ignacio Rucci. Eso pasó a pesar de que Lijo determinó que Rucci fue asesinado por la agrupación clandestina de lucha armada Montoneros.

De acuerdo a fuentes de su entorno, Lijo considera las diversas acusaciones que trascendieron en su contra serán en realidad una ventaja para él porque tiene argumentos para refutarlas en audiencias públicas. El kirchnerismo abrió la puerta para aprobar su pliego. Lijo fue quien elevó a juicio oral la causa Ciccone, el primer expediente en el que un vice en funciones, Amado Boudou, fue procesado en el ejercicio de sus funciones, y luego, condenado a pena de prisión.

Garcia-Mansilla no estan conocido por los senadores nacionales, aunque sí es fuente de consulta de Villarruel.

Curiosidad: en su juventud, tocó el bajo y fue guitarrista en una banda de rock llamada “Los enemigos del Consorcio”.

El Gobierno acaba de tomar una decisión que, como pocas otras que se impulsan desde la Casa Rosada, genera estrépito en el poder político, judicial y empresarial de la Argentina. La Corte Suprema es un organismo trascendental que define la vida de los argentinos y de los Gobiernos. Ahora, quiere imponer a su candidata a la Procuración General. Milei jugó sus cartas en una mesa que se disputa un verdadero partido por el poder real. Con pragmatismo.

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