Antes de partir rumbo a Estados Unidos, Javier Milei le encomendó una misión a Santiago Caputo, su principal asesor: reunirse con Mauricio Macri para despejar especulaciones en torno a distintos temas de su gestión que podían llegar a complicar una relación que goza de buena salud y que, a pesar de no haberse plasmado en una fusión, como impulsaba en febrero el Presidente, se refleja en un respaldo político del PRO al rumbo y las decisiones de la Casa Rosada.
Caputo, que suele hablar en forma periódica por chat con Macri, desembarcó en Acassuso este miércoles a la mañana. El líder del PRO, que había vuelto de un torneo de Bridge en Cali, Colombia, lo recibió con un desayuno, horas antes de volver a viajar, con destino a Uruguay, donde expuso en el evento Latin Securities.
El encuentro fue a solas, con varios temas en la agenda, y según dijeron desde ambos entornos «no hubo un motivo» en especial, aunque Clarín pudo saber que uno de los temas más importantes de la charla fue la estrategia de Milei para la designación de los dos jueces de la Corte Suprema de Justicia y, en especial, el por qué de la designación del juez Ariel Lijo.
La cumbre llega en un momento en el que, sin mayores reproches por el catedrático Manuel García Mansilla, eempezó a trascender que el ex Presidente no estaría de acuerdo con el nombre de Lijo, pese a que mantiene un profundo silencio en torno al tema y, según anticipan en su entorno, evitará pronunciarse en público.
Tampoco, según pudo reconstruir Clarín, hubo reproches en privado: “(Caputo) le explicó y entendió la estrategia”, confió una fuente al tanto de la reunión.
El mensaje que transmitió Caputo es la que repiten en Casa Rosada desde que surgieron críticas a Lijo. Y tiene que ver con la minoría parlamentaria: “Se votan los dos ó ninguno».
La lógica implica dos claves: que el Gobierno no aceptará que la oposición convalide a Lijo pero rechace a García Mansilla, pero también la admisión por parte del Ejecutivo que hubo un pedido concreto de otros sectores por el magistrado. «Macri tuvo que negociar cuando mandó los pliegos de (Carlos) Rosenkrantz y (Horacio) Rosatti, sabe lo que es estar minoría», expone un importante miembro del Gobierno.
Con todo, muchos entienden que el silencio de Macri en torno al tema obedece a que Lijo tiene en su juzgado la causa por el Correo Argentino, en la que se lo investiga por defraudación por administración fraudulenta.
En rigor, la estrategia de Macri parece ser el denominador común de la oposición, salvo la Coalición Cívica y un grupo de senadores sueltos, incluso algunos oficialistas, como Francisco Paoltroni, quien anticipó su rechazo. El kirchnerismo tampoco se ha pronunciado. El argumento que dan algunas espadas judiciales K apunta a que no terminan de entender la maniobra del Gobierno. «No sabemos si es una locura de las suyas (por Milei) o una genialidad y nos quiere hacer pisar el palito con algo que no estamos viendo», justifican.
Ni Cristina Kirchner ni encumbrados dirigentes K se han expedido sobre el pliego del juez, a pesar de que por lo bajo admiten tener buena sintonía: «Si hablamos a favor, lo perjudicamos», es el razonamiento.
En tanto, Macri escucha distintas versiones y por ahora no hizo movimientos. Deja, en cambio, que quienes lo escuchan -y frecuentan- planteen sus objeciones, pero a través de sus voceros se ocupa de dejar en claro que no tiene una posición tomada al respecto. «No va a ser el árbitro de cada decisión del Presidente, su respaldo al rumbo no está en juego por temas puntuales. El apoya la búsqueda del déficit cero, la baja de la inflación y de una economía sana», aseguran.
Pero aclaran que tampoco hay que dejarse llevar por trascendidos: «Ni a favor ni en contra, nadie puede hablar por él. Cuando lo crea conveniente dirá lo que piensa», completan.
De todos modos, como contó Clarín días atrás, quienes en el macrismo se muestran reacios a apoyar a Lijo advierten que Ricardo Lorenzetti y el empresario Eduardo Eurnekian promueven que el cuestionado juez de Comodoro Py llegue al máximo tribunal, al punto de que -afirman- se encargaron de conseguir aval del peronismo en una reunión en la casa del dueño de Corporación América con un importante senador de La Cámpora, especialista en asuntos de la Justicia.
Tal vez para contrarrestar estas voces, en las últimas horas un estrecho colaborador del Presidente puso en duda estos cuestionamientos y reconoce que hay «buena onda» con el magistrado.
En cualquier caso, según cuentan en la Casa Rosada, Caputo se fue de la reunión con Macri con la certeza de que el ex mandatario no entorpecerá los planes del Gobierno.