Pedro Sánchez ha pasado la mayor parte de esta crucial semana fuera de España, de viaje oficial en Brasil y Chile, pero ha vuelto al país en una posición más consolidada. El presidente del Gobierno pasa por un momento muy complejo, tras los malos resultados electorales en Galicia y el caso Koldo, el primer escándalo de corrupción que afecta a su Gobierno. Gracias al reciente pacto con Junts y ERC sobre la ley de amnistía, sin embargo, vuelve a recuperar la iniciativa y ya se prepara para aprobar “cuanto antes” los Presupuestos Generales del Estado de este año.
Consciente de que el carpetazo judicial al procés no es compartido por gran parte de la sociedad española, ante una iniciativa que él mismo y sus ministros rechazaban por “inconstitucional” hasta que se vieron en la necesidad de abrazarla para garantizar la investidura, Sánchez se vuelca estos días en la pedagogía. El viernes ya aseguró que la medida de gracia serviría de motor para la “prosperidad económica”. Este sábado, en Bilbao, durante un mitin en Bilbao junto a José Luis Rodríguez Zapatero para celebrar el vigésimo aniversario de la victoria socialista de 2004, ha lanzado una tesis similar.
Ante las «dudas»
La nueva ley, que será aprobada la semana que viene por el Congreso y después quedará varada durante dos meses en el Senado gracias a la mayoría absoluta del PP en esa cámara, no solo servirá para la “reconciliación” en Cataluña, ha sostenido, sino que también hará que toda España sea “más fuerte”.
“Hay muchos españoles que tienen dudas con la amnistía, como las tuvieron con los indultos. Les pido que confíen. Con los indultos y con la ley de amnistía estamos haciendo una democracia y una España más fuerte. Eso es lo que les pido a los españoles. Avanzar en el camino de la reconciliación. Lográndolo, nuestra sociedad podrá enfocar los problemas reales y trascendentes: clima, digitalización, vivienda, educación, desigualdad, mercado laboral”, ha señalado Sánchez.